Decide primero la mochila que vas a llevar y luego el contenido. Un error de los principiantes en grandes travesías es colocar las cosas que consideran “imprescindibles” encima de la mesa (camisas, pantalones, mallas, chaquetas, gorros, guantes, gafas, objetos fetiches, libros, bolsitas de aseo, cremas, fotos de familia, pañuelos, móviles, calzados, esterilla, saco de dormir), y luego buscan un gran macuto donde meter todo. El truco es decidir primero la mochila, que sea ligera, anatómica y como mucho de 30 litros, después elegir el equipo verdaderamente imprescindible y dejar fuera las cosas que no caben. Algunos trucos para reducir espacio son recortar el mango del cepillo de dientes, o llevar uno minúsculo; llevar sólo el tenedor, cualquier cosa líquida se puede beber sin necesidad de cuchara; o meter las prendas de vestir en bolsas ziplo, que se quedan completamente herméticas, ligeras y poco espaciosas. Origen del Camino: El Camino de Santiago tiene sus raíces en la Edad Media, cuando se descubrió la tumba del apóstol Santiago en la ciudad de Santiago de Compostela. Se dice que el apóstol fue enterrado allí después de haber predicado en la península ibérica y de haber sido martirizado en Jerusalén. Concha de vieira: La concha de vieira es uno de los símbolos más reconocidos del Camino. Los peregrinos la llevan como un símbolo de su viaje, y en la Edad Media, se decía que también servía para recoger agua en los ríos o para pedir comida a lo largo del camino. El Codex Calixtinus: Es un manuscrito medieval que data del siglo XII, considerado una de las guías de viajes más antiguas del mundo. En él se describen las rutas del Camino de Santiago, se relatan milagros atribuidos a Santiago y se incluyen consejos para los peregrinos. El «peregrino» más antiguo: Una de las...
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