El vídeo va del norteamericano Hunter Hobbs, un paisano de Norman, Oklahoma, quien ha compartido en sus redes sociales la increíble transformación que ha sufrido en su cuerpo en 12 semanas. El joven, como informa Daily Mail, decidió hacerse una foto diaria durante su proceso de cambio, tanto alimenticio como de ejercicio, intensificando el cardio y las pesas. Pasó de 91 kilos a 72, perdiendo 19 kilos en las 12 semanas que duró el experimento. Hobbs asegura: «Bebí mucho agua, no bebidas azucaradas, y aparte de algunas bebidas en ocasiones especiales, no bebí nada de alcohol». Pero no todos somos Hobbs, ni tenemos su voluntad y suerte. Lo de intentar adelgazar es una decisión recurrente que la mayoría de los mortales tomamos con una periodicidad, comúnmente, anual. Suele coincidir con la primavera avanzada, cuando comprobamos ante el espejo lo descaradamente mal que nos sienta ese traje de baño que, tan solo el verano pasado, tan graciosamente resaltaba nuestra silueta. Asumiendo que siempre existe la opción de ponerse el mundo por montera y lanzarse a alabar al que inventó sumar «X» en las tallas, usted decide ser responsable, disciplinado, saludable, riguroso consigo mismo y… apostar por el suplicio. Porque, dejémonos de historias, adelgazar es un calvario. Especialmente cuando hace muchos años que le abandonó su portentoso metabolismo juvenil. Pero, ¿por qué esto es así? ¿Por qué es tan fácil y grato engordar y tan penoso y esclavo adelgazar? Pues la respuesta es sencilla. El tejido adiposo (el que se expande y crece sin piedad formando los odiosos michelines) es un maravilloso invento evolutivo que Gollum, si no fuera porque está en los huesos, sería un tesoro. Los ejercicios que suelen quemar más calorías: 1. Correr (a alta velocidad) Calorías quemadas: Aproximadamente 600-1000 calorías por hora, dependiendo del peso y la velocidad. Descripción:...
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