No es sólo que el amo del PSOE y sus secuaces -desde Zapatero a Monedero pasando por Albares o ‘Chiqui’ Montero- avalen el pucherazo de Maduro. Es que esa panda de maleantes se alinea con los torturadores. Sobre el espanto que ensangrienta Venezuela podría contarles muchas cosas, incluido que son ya más de doscientos los jovenes asesinados por la tiranía desde el fraude electoral del pasado 28 de julio, pero me voy a limitar a leerles un texto. No es obra de Corina Machado, Edmundo González, o alguno de los opositores que de vez en cuando se pasan por Periodista Digital. Lo elaboró Michelle Bachelet, dos veces presidenta de Chile, hija de un general que estuvo en el gobierno de Allende y murió en prisión tras el golpe de Pinochet. El fragmento forma parte del Informe Bachelet, que la socialista presentó a la ONU, tras visitar Venezuela y analizar durante meses la situación de los derechos humanos en el país. Un informe en el que se afirma taxativamente que esa Policía y esos militares de las que se enorgullece Maduro, alardeando de que le apoyan sin matices, son las instituciones más ‘letales’ de Venezuela, responsables del 65% de los asesinatos. En el texto se describen con detalle torturas, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y violencia sexual, pero no voy a hablar de las estudiantes violadas con botellas de Coca-Cola y de otras atrocidades, porque se me revuelve el estómago. Sólo, como botón de muestra, de lo que relata una chica sobre el calvario de su hermano pequeño, detenido en una protesta contra el régimen: «Le amarraron de pies y manos, le ataron a un coche del SEBIN, el Servicio Bolivariano de Inteligencia, y le arrastraron más de un kilómetro por las calles antes de llevarlo a un centro de reclusión, donde fue torturado 24 días. Le arrancaron las uñas de las manos y de los pies con tenazas; le asfixiaron cubriéndole la cabeza con...
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